Una mujer de espaldas parece ignorarlo todo. La columna vertebral es un elemento punzante. Cuando cojo tu mano y la muevo desde la parte baja del cuello hasta el cierre del sujetador, siento que estoy marcando tu piel con un corte invisible. La mujer es una garza blanca que no existe y sus piernas están enroscadas y desnudas sobre un cuerpo frío.
Llego en media hora
3 Sep
A esta habitación le faltaría una mano de pintura. Pienso en el color que haría juego con los momentos que quizá debería pasar aquí. Siempre tenemos poco tiempo para mirar hacia la pared. Antes fue un castigo. Pero ahora, ¿sabes qué?, pintaría esta habitación de azul y reservaría treinta minutos al día para ella.
¿Por qué no escribe usted?
18 Dic
La primera línea de lo que escribes siempre acaba entera en la boca de la gente. No quisiera hablarte de las partes del ojo, no soy una gran conocedora de la materia, pero sé que hay un imán en la pupila que la atrapa, a la primera línea, digo. El imán atrapa a la primera línea. Sigue leyendo
El día que conocí a Kinra Piz [IV]
15 Oct
(…) Cuando la Kinra Piz de Galicia compra pescado del día, en el Día, la Kinra Piz de Noruega lo está pescando. ¿Hay alguna conexión entre ellas que indique que son la misma persona? No lo sé. Kinra Piz ha paseado más de una vez por Buskerud. Y quién necesita saberlo. A Kinra Piz le hubiese encantado conocer a Ingmar Bergman. Sigue leyendo
Llama ahora a Mario. Que venga.
10 Oct
Mi pretensión no significa que cojas el teléfono. Es más, pareces un mono con guantes intentando alcanzar la única hoja de la rama. El bosque tiene un filtro de 1984. Parece noviembre. Llevabas un gorro de lana que te tapaba los ojos que no te impedía golpear la pantalla con tu maldito dedo índice. Sigue leyendo
El día que conocí a Kinra Piz [III]
17 Ago
(…) Podía haber quedado todo ahí o absorberse como los restos de crema treinta y cinco en las manos. Y así fue. ¿Nos quedamos parados o tal vez lo que realmente nos forma sigue existiendo en otra dimensión?
Tráfico al egoísmo conceptual
15 Jun
Encontré una caja de cartón repleta de intermitentes. Estaba al fondo del armario. Cogí una silla para poder acercarla al final de la balda y así tocar tarima flotante con ella en brazos. Me hace gracia que se llame tarima y que se llame flotante cuando pienso en “tarima” y la miro y… no, no se parece y, cuando pienso en “flotante”, la observo, no flota.
El día que conocí a Kinra Piz [II]
27 May
(…) Las historias góticas de japonesas góticas que viajan a Niza para crecer. Porque Kinra Piz nació viajando y su nombre es hoy una ciudad repleta de lenguas, de piel y de críticas. Piz era precisamente una crítica cuando la escuché por primera vez y empecé a pronunciarla de la misma forma que se pronuncian las dudas: con esa curiosidad voraz que no entiende de espacios vacíos.
Lo peligroso es siempre lo diferente
14 May
Podíamos salpimentarnos como especie en el centro de las Islas Andamán. Cuadraditos perfectos cayendo en algún lugar remoto del Océano Índico, tacos envasados de jamón de York. Por ejemplo.
El día que conocí a Kinra Piz [I]
8 Mar
El día que conocí a Kinra Piz negué que me gustase no tocar los márgenes. Una se da cuenta, años después, que aquel sería un momento importante. Los momentos importantes están hechos para miopes. Claro que, aquel día, su nombre me pareció infinitamente más lejano y borroso de lo que me lo parece ahora.